El seleccionado lusitano se impuso por 2 a 1 en su debut en el Grupo F. En primer turno, Turquía le ganó 3-1 a Georgia.
El último partido de la primera fecha de la fase de grupos tuvo un condimento especial: el estreno de Cristiano Ronaldo en lo que fue su sexta participación de la Eurocopa. El legendario delantero con pasado en el Manchester United, Juventus y Real Madrid, fue titular en el choque que animaron Portugal y República Checa bajo la tormenta que se dio en el Leipzig Stadium.
En la más clara del primer tiempo, el experimentado delantero de 39 años no pudo quebrar la resistencia de Jindrich Stanek, quien se lució con una maniobra formidable para ahogarle el grito al Bicho en un mano a mano que se presentaba como letal.
Los lusitanos mantuvieron el dominio de las acciones, pero no lograban quebrar el cerrojo defensivo de los checos. Los pronósticos auguraban un triunfo de Portugal, pero Lukáš Provod sorprendió a propios y extraños con un exquisito remate de media distancia que dejó sin posibilidades a Diogo Costa. La alegría era para el más débil. Y el triunfo se argumentaba en el sacrificio y la humildad de sus intérpretes.
Sin embargo, una desgracia ajena de Robin Hranác emparejó las acciones. Un centro a la cabeza de Nuno Mendes complicó a la última línea de República Checa, Jindrich Stanek intentó despejar con un manotazo, pero la pelota rebotó contra su compañero y se metió en el fondo del arco: 1 a 1.
El Sufrimiento lusitano fue extremo. Sobre todo después del grito ahogado de Diego Jota, quien había capitalizado un rebote en el poste, tras un cabezazo de Cristiano Ronaldo, pero el VAR intervino para anular la conquista por un claro fuera de juego del legendario delantero surgido del Sporting de Lisboa. Por lo tanto, cuando Pedro Neto desbordó por el sector derecho y habilitó a Francisco Conceicao, el joven atacante tuvo su debut en la red gracias al desafortunado resbalón que sufrió Jindrich Stanek. Otra vez, el arquero checo tuvo responsabilidad en el tanto de Portugal. Finalmente, la lógica se quedó del lado del más poderoso. Y los de Roberto Martínez superaron un duro escollo para alimentar su ilusión de una nueva hazaña.